El 12 de junio, para celebrar el día del patrón de nuestra ciudad de Salamanca, nos alejamos alrededorde unos 100 km para llegar al pueblo salmantino de Aldeadávila de la Ribera.
Desde el pueblo, nos dirigimos a sus alrededores para visitar el Picón de Felipe. El acceso al lugar se hace a través de un sendero de tierra, y unas cuántas rocas que bajar y subir....(yo aún las recuerdo por las agujetas que me están atacando). Al final del camino encontramos uno de los miradores más espectaculares del Parque Natural de las Arribes del Duero. Frente al mirador se encuentra el pueblecito portugués de Bruçó. Además de las vistas el mirador posee una leyenda que hace referencia a un pastor enamorado de una portuguesa del citado pueblecito. El pastor, al no poder verla, y desesperado, comenzó a realizar un puente para acceder al otro lado del río.
Tras esta visita, nos dirigimos después a otro de los miradores sobre el río Duero, el Mirador del Fraile, llamado así por una roca a la que daban el nombre de la Silla del Fraile, desde la cual se divisaba el valle de Laverde y el ir y venir de los frailes en su huerta.
Después del paseo, llegaba la hora de comer, nos lo habíamos merecido por las subidas y bajadas. Recomendamos el restaurante que visitamos. Todo estaba muy rico. Especialidad en carnes a la brasa.
Después de comer, la excursión continuó hacia la localidad de Pereña de la Ribera, también en los Arribes del Duero.
Este pueblo localizado también en los Arribes del Duero, es conocido por sus quesos y por el Pozo de los Humos. En esta ocasión visitamos la ermita de la Virgen del Castillo, desde la cual se observan también bonitas vistas de esta zona del Duero.
La siguiente parada fue otro de los pueblos, Villarino de los Aires.
En esta localidad encontramos el Mirador de la Faya, desde el que también podemos disfrutar de vistas sobre el río Duero.
Tras disfrutar de estas vistas, nos dirigimos a Trabanca.
En ella visitamos el Parque Temático de Construcciones Populares. Este lugar está un poco abandonado, lo cual es una pena, pues resultaba curioso ver las distintas construcciones típicas de esta zona de nuestra provincia.
Tras este recorrido por los Arribes del Duero, emprendemos regreso hacia la ciudad, no sin antes hacer una parada en el pueblo de Ledesma, villa medieval de nuestra provincia.
Merece la pena recorrer sus calles para contemplar sus señoriales villas. Dejo aquí un pequeño ejemplo de lo que se puede visitar:
Una de las villas curiosas es la llamada Casa de las Cabezas, en la cual podemos ver dos cabezas de piedra en el portón de entrada a la casa. Emparentadas según se cree con culturas precristianas, de origen celta, y de sacrificio ritual de los vencidos a quienes se cortaba la cabeza, y se colgaba o esculpía en la entrada de la casa, pero hay otras versiones.
Actualmente una empresa se encarga de hacer rutas teatralizadas por la villa, en la que nos van explicando los diferentes lugares y la historia asociada a los mismos. Añado aquí la dirección, en la que nos dan la opción de contratar una comida típica de la zona, junto con la visita, para los sábados.
Ruta teatralizada por Ledesma - Hotel La Beltraneja
Por supuesto no abandonamos Ledesma sin comprar las típicas Rosquillas de Ledesma:
Por supuesto no abandonamos Ledesma sin comprar las típicas Rosquillas de Ledesma:
Fue un buen día, y una excursión que recomiendo.
Saluditos!
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